¿Por qué debemos hacer vacío a un sistema? ¿Qué tipo de
bomba es la mejor? ¿Cuánto tiempo debo dejar que trabaje la bomba de vacío?,
estas son sólo algunas de las preguntas que nos hacemos y que a veces no le damos
importancia y en muchas ocasiones sólo “se purga la tubería” pensando que se ha
hecho un excelente trabajo.
El vacío en el sistema nos da la tranquilidad y seguridad de
que el equipo está totalmente deshidratado de algún contaminante que nos
pudiera ocasionar un daño mayor, por ejemplo:
1. Alta temperatura de la descarga.
2. Calentamiento excesivo de la válvula de descarga.
3. Formación probable de hielo en el evaporador.
4. Degradación del lubricante.
5. Taponamiento en sistemas que contenga dispositivo del
tipo tuvo capilar.
6. Daños severos del compresor.
Estos son sólo algunos posibles daños que podría ocasionar
un deficiente proceso de vacío en nuestros sistemas refrigerantes, además en
algunos casos, se utiliza compresores del tipo fraccionario, (para
refrigeradores domésticos) para hacer esta actividad o aún peor, se utiliza el
mismo compresor del sistema para realizar el vacío, lo que resulta en una
posible ineficiencia en la operación de nuestro equipo posteriormente.
Cómo identificar un proceso de “Vacío Correcto”:
Para saber que llegamos al vacío correcto se requiere de un
vacuómetro para medir el vacío de manera eficaz.
El vacío correcto se alcanza
midiendo, no por el tiempo que dejemos la bomba trabajando en el sistema, si no
alcanzar la lectura correcta según el tipo de lubricante.
Para sistemas que utilizan lubricante Poliolester debe
ser de 250 micrones de vacío.
Para sistemas que utilizan lubricante mineral o
alquilbenceno debe ser de 500 micrones
de vacío.
¿Qué tipo de bomba de vacío será correcta?
Como lo menciona
el manual “Buenas prácticas de refrigeración y aire acondicionado, edición
2006” se debe de escoger la bomba de acuerdo a las toneladas de refrigeración
del sistema. Por cada cfm podemos evacuar de una manera efectiva 7 toneladas de
refrigeración de un sistema, entonces aplicamos una sencilla fórmula:
(Toneladas de refrigeración del sistema / 7) = CFM
requeridos para evacuar el sistema.
Esta práctica es un elemento importante en nuestro proceso
de instalación, mantenimiento y reparación de nuestras unidades.
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