Termostato:
es el componente de un sistema de control
simple, su función es conmutar, o sea abre o cierra un circuito eléctrico en
función de la temperatura.Fue inventado por el francés Andrew Ure en 1830,
básicamente, es un elemento que permite controlar y por ende, manejar los
grados de temperatura requeridos para determinada tarea, o bien para un
determinado ambiente o sistema Su versión más simple consiste en una lámina
bimetálica como la que utilizan los equipos de aire acondicionado para apagar o
encender el compresor.
Otro ejemplo lo podemos encontrar en los motores de
combustión interna, donde controlan el flujo del líquido refrigerante que
regresa al radiador dependiendo de la temperatura del motor.
Pueden ser
normalmente abiertos o normalmente cerrados, cambiando su estado cuando la
temperatura alcanza el nivel para el que son preparados.
Tipos de termostatos
Bimetálicos:
Termostato bimetálico de control automático: Consiste en dos
láminas de metal unidas, con diferente coeficiente de dilatación térmico.
Cuando la temperatura cambia, la lámina cambia de forma actuando sobre unos
contactos que cierran un circuito eléctrico.
Manuales:
Son los que requieren intervención humana para regresar a su
estado inicial, como los termostatos de seguridad que realizan una función en
caso de que la temperatura alcance niveles peligrosos.
Automáticos:
Regresan a su estado inicial sin necesidad de intervención
humana. Actúan de una forma totalmente automática, de ahí su aplicación actual
en gran parte de los hogares.
De gas:
Consiste en un gas encerrado dentro de un tubo de cobre.
Cuando la temperatura sube, el gas se expande y empuja la válvula, que realiza
una determinada función.
De parafina:
Termostato de parafina para radiadores de vehículos.
Empleados en válvulas de control de fluido, contienen parafina encapsulada que
se expande al aumentar la temperatura; ésta, a su vez, empuja un disco que
permite el paso del fluido. Cuando el fluido baja su temperatura, un resorte
vuelve el disco a su posición inicial cerrando el paso. Un ejemplo de este
termostato es el empleado en el sistema de enfriamiento de los motores de
combustión interna.
Electrónicos:
Los termostatos electrónicos cada vez son más habituales
debido a sus ventajas.
Pueden estar libres de partes móviles y contactos que sufren
deterioro.
Se puede configurar tanto una temperatura como un umbral o
un tiempo mínimo entre activaciones.
Se pueden integrar fácilmente en un sistema con más
funciones como programador horario con otros sucesos.
Con un controlador PID puede hacer una gestión más
inteligente.
Un termostato electrónico puede mejorar las aplicaciones en
que se usan los termostatos mecánicos.
En un frigorífico puede evitar que se encienda si hay una
subida breve de temperatura, por ejemplo, al abrir la nevera y ventilarse el
aire interior.
En el sistema de refrigeración de un vehículo se puede
utilizar una bomba eléctrica comandada electrónicamente de modo que no encienda
en el periodo de calentamiento (evitando gastar energía inútilmente) y variando
su velocidad según la demanda de potencia. Un sistema mecánico tal vez no
podría eliminar bien el calor acumulado a pocas RPM y en altas podría requerir
excesiva potencia para la necesidad de refrigeración.
En una casa un termostato se puede complementar con una
programación según la hora, el día de la semana, otros eventos o según la
eficiencia.
El elemento que permite medir la temperatura puede ser un
sistema infrarrojo u otro, pero el más habitual suele ser un termistor que se
puede fabricar de diferentes formas
Termistor:
Este tipo de termostatos están construidos alrededor de un
termistor. Un termistor es un dispositivo que cambia su impedancia dependiendo
de la temperatura.
La impedancia del termistor es leída por un sistema de
control, usualmente basado en un microprocesador, que es programado para
realizar diferentes operaciones a determinadas temperaturas.
Existen muchas
variantes de termostatos electrónicos, pero la mayoría de las veces el
componente real de lectura de temperatura es el termistor.
Existen versiones
antiguas donde empleaban termostatos de gas. En general, cualquier dispositivo
que permita medir con electrónica la temperatura puede ser integrado en un
termostato.
Por ejemplo, resistencias de platino, semiconductores sensores de
temperatura, etc.
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